Detesto los informativos de televisión. El telediario de toda vida. Me parecen desfasados, sensacionalistas, interesados y frecuentemente entre la línea de lo cursi y lo estúpido. El caso es que a veces no puedo evitar ver «Las Noticias de Antena 3», ya que tras el capítulo correspondiente de «Los Simpson» (con seguridad la mejor serie animada de humor de la historia) el mando me cae un poco lejos del sofá en ese momento post-comida/pre-siesta que me permito los domingos y, claro, me toca tragarme el informativo y la película del fin de semana (de estas últimas también hay para escribir una buena crónica).
Total, que ayer me encontraba viendo las noticias cuando varios hechos me sorprendieron. Primero, una noticia completa sobre la Media Maratón de Barcelona y el récord del mundo establecido allí. Completa porque parece que habían ido allí a cubrirla y eran imágenes propias. Y mientras tuiteaba sobre el extraño suceso y me lamentaba de que no iban a mencionar siquiera al pobre Lavillenie… ¡Zas! Mención al canto. 10 segundos.
No conozco el motivo por el que sacaron la media maratón, si ha sido una gran labor de publicitaria y de comunicación de esa organización en concreto, o que un evento con 15000 personas, de una actividad que practican cientos de miles, si no ya millones de «runners» en España, está empezando a captar el interés de los grandes medios. Mucha gente = mucho dinero. El fenómeno running se ha convertido en una industria y parece que está empezando a trascender. Lo que está claro es que los periodistas no iban por el WR, simplemente se lo encontraron.
En cambio, a pesar que uno forma parte de esa «industria» del running y por lo tanto soy el primer interesado en ello, también es cierto que amo el deporte en general y el Atletismo en particular. Y valoro la información. No me sorprendí, pero me avergüenza que todo un hito en la historia como ha sido el WR de salto con pértiga, arrebatado ni más ni menos que al mítico Serguéi Bubka, deportista reconocido por toda una generación anterior a la mía (y no precisamente sólo por aficionados al Atletismo) haya tenido menos espacio que el baile de Neymar y Alves. ¿Quién es Lavillenie? ¿Quién es Bubka? ¿Eso del salto con pértiga qué c…. es? No creo que nadie haya entendido con esos 10 segundos qué significa batir un récord del mundo, elevarse con un palo a 6,16m y superar 21 años después a un tío que en su día fue el Rafa Nadal de un deporte que todavía generaba interés. Esos 10 segundos quizá han sido más humillantes para el deporte que la total omisión de la noticia.
Y en la prensa «deportiva» escrita…. bueno, entre tanta noticia histórica como la suspensión de un partido de liga, la extrañeza de Ancelotti por CR7 o que el Barça le ganó al Rayo Vallecano, algunos (sólo algunos) dejan una esquinita para la «anécdota» de Lavillenie.
Me sorprende (bueno, ya no) cómo la información y el periodismo han tenido que prostituirse hasta tales límites para ser el más vendido. Conozco buenos periodistas deportivos, pero pintan poco en las redacciones. Los directores de estos medios, quizá en su día buenos periodistas, han pasado a ser meros vendedores de periódicos.
¿Y de los JJOO de Sochi? Mejor no hablar.
Desde luego, los periodistas son igual de humanos que el resto de la gente de la calle y, por tanto, tienen sus debilidades. Una de esas debilidades -debilidad en el razonamiento, no física- es creer que tiene más mérito una buena marca en una distancia larga que en un salto. Sin embargo, todos los que hayamos hecho atletismo sabemos que para hacer salto con pértiga hay que estar mucho más loco que para correr maratones. Disciplinas como los 110 vallas, 400 vallas, 3000 obstáculos y salto con pértiga son las más difíciles del atletismo. Por eso no las practica la gente. La gente hace maratones. Maratones las puede hacer cualquiera. Siempre se puede ir más despacio y no descalifican por caminar. Además, se tiende a creer que la maratón premia el esfuerzo y la pértiga premia el talento. La realidad es que no. Para ser muy bueno, tanto en maratón como en pértiga, se requiere talento y buen y cuantioso entrenamiento.
Las carreras populares no son atletismo. Algunos atletas corren populares, que es cosa distinta. El correr hoy en día es más una forma de terapia barata, grupal en muchos casos, así como una alternativa más amena que el gimnasio para perder kilos y desconectar de los problemas cotidianos. Pero eso no es atletismo, es otra cosa. Atletismo es lo que hace el pertiguista francés en su día a día. Y atletismo es todo lo que está más allá de los mensajes publicitarios y las cámaras y la megafonía del pabellón cuando el atleta realiza la tentativa sobre 6,16 y lo logra.