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Ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo

Ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo

«El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo.» Es una de las miles de citas célebres que circulan por la red y que se atribuye a Winston Churchill. No sé si le corresponderá realmente pero para la ocasión encaja perfectamente. Y es que por segunda vez consecutiva Cristina tiene que abandonar el entrenamiento y su preparación justo antes de entrar en el periodo competitivo. ¿Casualidad? Probablemente, han sido circunstancias muy distintas, el verano pasado fue una recidiva de una lesión anterior, quizá pecamos de exceso de confianza al no tratar ese isquiotibial con más cuidado, pero en esta ocasión se trata (probablemente, porque no estamos al 100% seguros todavía) de una enfermedad que tiene una influencia genética importante. Que tarde o temprano tenía que aparecer, vamos.

El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo

Foto de J.A. Miguélez. Todos los derechos reservados

Parece como si el destino estuviera poniendo a prueba una vez tras otra sus ganas de luchar, su pasión por entrenar y su ilusión por llegar lo más lejos posible en el Atletismo. Principios de 2011 Mononucleosis, finales de 2011 problemas cardiacos, 2012 año de transición (poco entrenamiento), 2013 importante lesión isquiotibial, y 2014 lo iniciamos con «algo» que nos recuerda a la mononucleosis, que podría ser sobreentrenamiento (improbable por las cargas que realizamos y por los valores sanguíneos) o hipotiroidismo (faltan pruebas que lo confirmen). La cuestión, en Navidades haciendo prácticamente los mejores entrenamientos de su vida y de de repente… ¡zas! A no poder mover un dedo durante 2 semanas.

Afortunadamente, existe una lectura positiva a todo esto. En el tiempo que llevamos juntos hemos aprendido muchas cosas, quizá forzados por este tipo de situaciones. Sin embargo, en cierta manera nos alegramos de que esto haya sucedido porque esto nos ha hecho ver lo realmente importante del entrenamiento y de la vida:

  • Que el atletismo es un juego. No hay que tomárselo demasiado en serio
  • Que hay cosas más importantes que correr y ganar
  • Que a nadie le importa cómo quedes en una competición, los que te quieren lo van a seguir haciendo y los que no tampoco lo van hacer porque ganes una carrera
  • Que no puedes vivir de los éxitos del pasado
  • Que los éxitos del pasado no deben ser un lastre, sino un motivo para creer que vales para esto
  • Que hay que centrarse en los procesos y no en los resultados
  • Que si existe un verdadero objetivo en el entrenamiento (y en la vida), es disfrutar de cada instante
  • Que el único orgullo que uno puede sentir es por un esfuerzo máximo, por todo el trabajo que hay detrás de una marca y no por la marca en sí.
  • Que hay que sentir un profundo respeto por el esfuerzo ajeno, tanto por los que llegan por delante como los que llegan por detrás
  • Que la vida es injusta y no siempre tienes lo que te mereces. Pero que si quieres tener algo, tienes que empezar por merecértelo.
  • Que hay que rodearse de la gente adecuada
  • Que si puedes hacer algo realmente valioso en esta vida, eso es ayudar a los demás sin esperar nada a cambio
  • Que las cosas realmente importantes en la vida suceden con las personas cuya relación personal está por encima o exenta de intereses profesionales/económicos
  • Que hay que intentar tantas veces como falles más una
  • Que jamás hay que perder el entusiasmo por lo que haces

Este es otro capítulo de objetivos truncados, de la mala fortuna, de la injusticia del deporte, pero no de fracaso. Porque el entusiasmo y la ilusión no los hemos perdido.

Poca vergüenza y mucha hipocresía

Poca vergüenza y mucha hipocresía

Hoy he dormido mal, me duele un poco el cuello y me he levantado con un poco de mala leche. Así que aprovecharé estas magníficas emociones para escribir sobre un tema que hacía tiempo andaba posponiendo. Si sois lectores habituales del blog conoceréis mi visión pedagógica del Atletismo y del Deporte en general. El Deporte, aparte de un espectáculo, es una herramienta de transmisión de valores. Esta frase se ha convertido ya en un tópico, tanto que hasta los políticos suelen utilizarla en sus discursos. Sin embargo, es algo en lo que creo fervientemente y no concibo un deporte, ni amateur ni profesional, que no esté asentado sobre la base de los valores. Detesto lo contrario.

Es tanto así que se me revuelven las tripas cada vez que veo a uno de los habituales tramposos deportivos que recorren nuestra geografía ejerciendo funciones de transmisor de los valores del deporte. Dopados ni confesos, ni arrepentidos, enarbolando la bandera del deporte, vendiendo las bondades de sus valores. ¿Que no? Que sí, que sí. Que esto ocurre en España con más frecuencia de la que podemos digerir.

Así pues, nos podemos encontrar con rocambolescas, contradictorias e hipócritas situaciones como que un dopado (es decir, un señor que ha transgredido las normas voluntariamente para obtener una ventaja ilícita, que ha defraudado a sus rivales, que ha vivido y comido del mismo deporte al que ha estado estafando) se dedique a:

  • Organizar carreras
  • Competir contratado por organizadores de pruebas y clubes
  • Recibir patrocinios de marcas deportivas
  • Entrenar a otros deportistas
  • ¡¡¡Ocupar cargos públicos o políticos!!!

Lo cierto es que no me sorprende que un embustero de este tipo quiera seguir viviendo de esta historia. Lo que realmente me deja patidifuso es que exista gente que permita, facilite o ayude a que esto suceda. Personalmente no tengo ningún problema con la reinserción de estos pseudodelincuentes, de las segundas oportunidades, ni nada por el estilo. Es más, no estoy a favor de que se les quite nada que legalmente les pertenezca: becas, derechos, oportunidades, etc… si han cumplido su sanción. Lo que me sorprende es que a nivel privado, desde la libertad que eso te otorga, haya cómplices que sigan dando pábulo a estos sinvergüenzas que no se han molestado en reconocer ni arrepentirse de sus actos. Vamos, que mientras no les pillan aprovechan las ventajas de su imagen pública, la explotan y rentabilizan, pero cuando los trincan se escudan en su más íntima privacidad, sin la más mínima responsabilidad de dar explicaciones a todos aquellos a los que mostraba sus éxitos en entrevistas y redes sociales, que lo seguían y admiraban. La única excusa es el paso silencioso del tiempo y la falta de memoria de la que adolecemos en general.

Todavía estoy por ver aquí en España una entrevista o declaración pública al estilo Marion Jones o Lance Amstrong (que sí, que son forzadas por muchas circunstancias, pero al fin y al cabo tramposos reconocidos públicamente), todavía estoy por ver quién ha devuelto un solo euro de lo que se ha embolsado ilícitamente y todavía estoy por ver el rechazo general hacia estos tipejos y sus actitudes.

Pues nada, simplemente desear a todo el mundo una feliz Navidad, que disfrutéis de «las sansis», que pidáis muchos autógrafos a las senadoras y que os echéis muchas fotos con esos deportistas «reciclados» al triatlón y trail running. Hoy me ha salido un post al más puro estilo «Atleta Enfurecido» ;-).

Entrenamiento infantil: los contenidos del entrenamiento

Entrenamiento infantil: los contenidos del entrenamiento

Desde que empecé mis estudios en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en 2004 me dediqué al entrenamiento infantil.

Ya conocéis lo que pienso acerca de los campeones prematuros, si tenemos un campeón, que lo sea por puro talento y no por sobreentrenamiento en etapas tempranas.

He de reconocer que me cuesta enseñar aquellas disciplinas que no son la mía y, aunque las haya estudiado, yo no he recibido jamás esa educación atlética. Mi introducción en el mundo del atletismo (digo atletismo, antes sólo conocía el running) fue con 20 años, por lo que estos 8 años me han servido para aprender algunas cosas, pero desde luego me siento un auténtico principiante en cuanto a la enseñanza atlética.

Os garantizo que no es lo mismo «saber» que «saber enseñar», y la falta de experiencias didácticas propias, de las «sensaciones» que te da el entrenamiento, la competición y no haber tenido un maestro que te transmita esos conocimientos prácticos son un handicap a superar.

Sin embargo, también tengo claro qué es lo que quiero que aprendan mis pequeños atletas, qué es lo que debe aportarles el deporte. Para mí, el deporte es la tercera herramienta, junto a la familia y el colegio, que completa la educación del niño.

En la etapa de de desarrollo en la que se encuentran los niños en edad escolar, los pilares del entrenamiento deberían asentarse sobre los aspectos que voy a enumerar a continuación

La salud

La mayoría de mamíferos (lo cierto es que no sé si la mayoría, todos o unos cuantos) utilizan el juego y por tanto el ejercicio, para su correcto desarrollo y maduración.

Tanto el desarrollo físico como cerebral va a estar influido por la cantidad y el tipo de ejercicio que se realice desde la infancia hasta la edad adulta.

Los niños necesitan moverse, jugar, cansarse y desarrollar todas esas capacidades y habilidades para las que están genéticamente preparados.

Bueno, ya no cazamos, ni migramos, ni hacemos cosas de esas que hacían nuestros antepasados para sobrevivir, pero a pesar de que la cultura nos ha alejado de esas necesidades, el cuerpo y el cerebro que nos ha quedado es el mismo que hace miles de años.

El deporte bien practicado puede sustituir a estos juegos «naturales» que ya no practican hoy en día nuestros niños. No hay peor enfermedad que el sedentarismo prematuro.

Los valores

No creo que la educación en valores sea exclusiva del deporte, aunque es una herramienta potentísima para transmitirlos.

Los valores deben ser educados y transmitidos en cualquier actividad que realice el niño, pero sobre todo dentro del núcleo familiar.

En el entorno deportivo el niño debe afianzar esos valores que debe traer de casa y ponerlos en práctica en situaciones menos cotidianas, como son en el entrenamiento y la competición.

Con una buena guía de un entrenador, todas esas experiencias pueden ser muy enriquecedoras didácticamente.

El comportamiento

Por encima de los objetivos deportivos, el buen comportamiento frente a las distintas situaciones debe ser algo prioritario.

Debemos enseñar a reaccionar en cualquier contexto, saber enfrentarse a las emociones que con frecuencia afloran en el entorno deportivo, como la frustración, la rabia, el miedo, el aburrimiento, la euforia, los nervios, la excitación, etc. Identificar esas emociones, controlarlas y reaccionar de manera adecuada mostrando siempre un comportamiento correcto y respetuoso.

Las relaciones con los demás

En la vida estamos abocados irremediablemente a compartir espacio y tiempo con otras personas. El deporte, como medio educativo, también debe prepararles para gestionar las relaciones con los demás.

Es frecuente contar con grupos heterogéneos, con niños de muy distintos perfiles, por lo que cobra todavía más importancia el hecho de que sepan respetar a los compañeros, ayudarles y pedirles ayuda, colaborar, perdonar, competir contra ellos, entender tanto a los que les caen bien como a los que no tanto… en fin, desarrollar la empatía.

Diversión

Por descontado, todo esto debe producirse en un entorno lúdico, dónde estén cómodos, motivados y que deseen estar por voluntad propia.

Esto último es algo que no siempre pasa en los inicios ya que algunos padres (con muy buen criterio) obligan a los niños a realizar algún tipo de deporte (al igual que les deben obligar a comer de todo).

Pero poco a poco hay que ir «ganándoselos» proporcionándoles una experiencia divertida, hacer que les guste a base de pasárselo bien.

Desarrollo de las capacidades físicas básicas

Y por descontado, la faceta en la cual el deporte tiene «exclusividad» en la educación del niño es en el desarrollo de sus capacidades físicas y coordinativas.

Desgraciadamente, algo que debería también darse el la escuela cada vez está más marginado por la reducción constante de las horas de Educación Física.

Las capacidades a desarrollar de manera básica son:

  • Velocidad
  • Resistencia
  • Fuerza
  • Flexibilidad

Aprendizaje de las habilidades motrices básicas

Además del un desarrollo de las capacidades físicas, hay ciertas habilidades que podrán ser muy útiles para el futuro, tanto para el deporte (siga en el nuestro o practique otros) como para su vida.

La inteligencia motriz es parte también de nuestra inteligencia, por lo que debemos trabajar las siguientes habilidades:

  • Correr
  • Saltar
  • Lanzar
  • Recibir
  • Rotar sobre sí mismo
  • El equilibrio
  • La coordinación

Sólo me queda tratar de seguir transmitiendo todo lo anteriormente expuesto de la mejor manera que pueda en el Club de Atletismo Arroyomolinos (Madrid), donde me están permitiendo desarrollar esta labor.

Ojalá dentro de unos años a estos jóvenes el deporte les haya servido para crecer de manera íntegra y les aguarde un buen futuro.