
Todavía queda gente buena
Este no ha sido un mal fin de semana. He ofrecido una charla sobre Trail Running (el miércoles la cuelgo aquí), he acompañado a mis amigos en su debut en una carrera y he vuelto a disfrutar de la paella de mi padre. Pero, aparte de todo esto, hoy quiero hablar de una de esas cosas que te pasan y que te hacen pensar. Te hacen pensar, te devuelven la esperanza en el ser humano y, de alguna manera u otra, te cambian a mejor. Os cuento la anécdota.

Imagen de Ed Yourdon en Flickr con licencia CC
El sábado por la mañana me dirigía desde Madrid hacia Alquerías del Niño Perdido (Castellón) para comer con mis padres y luego subirme a Villafranca del Cid, donde tenía la charla sobre Trail Running. Aproximadamente a una hora de Madrid paré a repostar, y justo me di cuenta que me había dejado la cartera en casa. Hablo con la cajera, lleva poco tiempo trabajando y me dice que no puede ayudarme, que hace un mes le pasó lo mismo y la persona a la que fió la gasolina no volvió a aparecer, por lo que su encargada se lo reprochó. Insisto de nuevo. Llama a la encargada y le reafirma, no puede ayudarme. Puedo hacerle una transferencia a su cuenta personal mediante el móvil y que ella me pague la gasolina, pero tiene terminantemente prohibido hacerlo, además lleva poco tiempo trabajando y teme por los reproches de la jefa. Sin embargo, llama a una compañera que lleva más tiempo trabajando allí y enseguida se ofrece a venir a ayudarme. Tras un buen rato de nervios, con el stress de no poder ir ni hacia delante ni hacia atrás, la incertidumbre de no saber si llegaría a la charla, la compañera llega, le cuento la situación y acepta pagarme ella la gasolina mientras le hago la transferencia con el móvil. No sólo eso, sino que además me invita a unos donuts y un refresco para el viaje, al «estilo madre», para que no pase hambre.
En un mundo donde muchos se aprovechan de la bondad de unos pocos y donde ya nadie se fía de nadie, es gratificante encontrar todavía gente amable, hospitalaria y generosa con los desconocidos. Todavía no os he dicho que mi amiga se llama Bea y además de ser un bellísima persona se marca unas versiones de temazos como este, que te ponen los pelos de punta. Por cierto, es la segunda vez en un año que me quedo tirado en una gasolinera sin la cartera 🙁
Para rematar el fin de semana, un poco de luz enmedio de tanta mierda televisiva, tanto sinvergüenza con corbata, tanta basura del corazón y tanto circo: Pedro García Aguado en el programa Viajando con Chester. No dejéis de verlo, por favor.
5 respuestas a «Todavía queda gente buena»
[…] 2014, 8:50 amPresentación de la charla sobre Trail Running en la Marxa…octubre 1, 2014, 5:01 amTodavía queda gente buenaseptiembre 29, 2014, 6:26 pmComentariosBueno ya discutiremos quien invita jajajajseptiembre 29, 6:26 pm by BeatrizGracias a ti! […]
Bueno ya discutiremos quien invita jajajaj
Pues Ole por Bea y un capón para ti una vez vale pero 2 !!!!!!!!.
Jajaja! Como dice Bea, tendré que ponerle un cascabel a la cartera.
Fue un placer ayudarte, es cierto que estamos deshumanizados, ya nadie se fía de nadie, el trabajar cara al público agota en ese sentido, pero me niego a pensar que todo el mundo va con mala intención, inclusive cuando me equivoco y confío en quien no debo, intento justificar de algún modo su comportamiento… Llamadme tonta, pero prefiero equivocarme y encontrar a personas como Vicente, a todos nos puede pasar, decia la verdad, estaba agobiado por la situación y sin saber que hacer…
Ya pasó el trance, Inma me pregunto por ti tambien, si habias llegado bien y tal jajaja, vaya dos patas para una mesa.
Y ponle un cascabel a esa cartera hermoso jajaja… Aunque me alegro en cierto modo que te dejaras la cartera, es un placer encontrar a gente de fiar en el mundo…
Un abrazo.
Bea, el placer fue mío. Seguro que nos encontramos de nuevo, per esta vez me tocará invitar a mí al almuerzo 😉
Gracias por tu comentario!