En el mes de mayo escribí una entrada sobre el regreso de Cristina Jordán a los entrenamientos tras haber tenido que parar durante algunos meses por 4ª vez en 3 años por problemas de salud. Han pasado 9 meses desde que retomamos el entrenamiento, 9 meses para alcanzar más o menos el punto donde nos quedamos.
Foto de J.A. Miguélez en cristinajordan.es. Todos los derechos reservados
Cristina es una chica que con 21 años fue campeona de Europa de Campo a Través sub23 y que en estos últimos 4 años no sólo no ha vuelto a tener otro éxito deportivo semejante, sino que ni siquiera ha podido entrenar con continuidad para acercarse de lejos a ese nivel. Hay que tenerlo muy claro, desearlo con mucha intensidad, soñar cada día con que se puede conseguir algo increíble para seguir dedicando tu vida a algo que durante 4 años sólo te ha dado disgustos. Aparentemente, porque el crecimiento personal experimentado ha sido más que notable.
Sin embargo, este fin de semana el Atletismo nos ha dedicado un pequeño esbozo de sonrisa. Tras estos largos 9 meses donde el progreso ha sido lento y tedioso, con algunas dificultades que nos han ido obligando a replantear nuestros objetivos, Cristina volvió a casa con la sensación de volver a estar en el sitio que le corresponde. El XXXIII Cross Internacional de Itálica, el cual podéis ver en el vídeo que enlazo después, se disputó bajo una intensa lluvia, en un precioso circuito embarrado y con la élite nacional femenina y algunas estrellas internacionales en la linea de salida. Cristina corrió de manera espléndida, no sólo por llegar muy cerca de las que serán el top10 del Campeonato de España, sino porque la actitud, las sensaciones y el disfrute tanto de la carrera como del viaje en general han sido fantásticas.
No nos creamos falsas esperanzas, pero esta situación nos aporta una pequeña recompensa a todo el esfuerzo realizado, nos hace creer con más fuerza que podemos conseguir cosas extraordinarias y es una aporte extra de motivación para el resto de la temporada. Si la salud no falla, esto es ya imparable.
Que el profesionalismo en deportes minoritarios está en horas bajas es algo evidente. Pero no por ello cientos de deportistas dejan de luchar por sus sueños, por mejorar día a día, por aportar al deporte tanto como el deporte les aporta a ellos, por sobrevivir en esta jungla gobernada por la ley del más fuerte. Sin embargo, creo que quejarse jamás ha cambiado nada en la historia, que el victimismo no es más que la rendición y la aceptación de la derrota y que con ganas, esfuerzo, ingenio, sacrificio y originalidad se puede conseguir cualquier cosa. Y con ayuda, por supuesto.
He de reconocer lo afortunados que somos Cristina y yo de poder contar con esa ayuda que necesitamos para sacar adelante nuestros proyectos. Cada uno tenemos los nuestros, pero el que nos une y compartimos es precisamente su carrera deportiva y el equipo que formamos como atleta-entrenador. Entre las ayudas que contamos están sin duda en primer lugar la de nuestras respectivas familias, no sólo como apoyo incondicional en nuestras decisiones vitales, sino económico siempre que lo hemos necesitado. Sin ello, ni ella ni yo estaríamos donde estamos. Por otra parte, un buen grupo de profesionales, un equipo técnico que sólo puedo calificarlo como BRUTAL, los cuales nos enseñan, asesoran, aconsejan y ayudan. Entre ellos se encuentran:
Manuel Sánchez (Entrenador): Mi socio, mi amigo y mi maestro en lo que a técnica de carrera se refiere. Con su ayuda hemos conseguido cambiar el estilo de carrera de Cristina a través de una buena planificación y una concienzuda progresión didáctica. Todavía nos queda mucho por mejorar en cuanto a mecánica y eficiencia de carrera, pero vamos por buen camino.
Diego Tercero (Fisioterapeuta): Diego consiguió recuperar a Cristina de la más larga y dolorosa lesión que ha padecido, y sus manos son fundamentales para la recuperación semanal de los esfuerzos. El papel de un buen fisioterapeuta es clave para el desarrollo de un atleta de élite.
Jordan Santos (Biólogo especialista en la fisiología del esfuerzo): Con Jordan se nos abrió un nuevo mundo en cuanto a conocimientos del funcionamiento del cuerpo humano. Sus consejos acerca de los protocolos antes de realizar una concentración en altura, sus consejos acerca de la alimentación y suplementación, el control de las analíticas, y el control de las cargas y los test nos han ayudado a crecer y mejorar.
Gabriel y Rubén de Biomecánica Vitruvio (Podólogos): Los primeros colaboradores que tuvimos, fueron también una ayuda inestimable en la recuperación de la lesión y hemos ido adaptando el control de la pisada ajustando las ortesis plantares a la evolución de su apoyo.
David López Capapé (Médico Deportivo y Traumatólogo): Tras los numerosos problemas de salud sufridos, tener a alguien como el Dr. Capapé con el que realizar un diagnóstico rápido y preciso y poder reaccionar frente a los contratiempos es fundamental. Además de prescribir toda la suplementación que un deportista del nivel de Cristina necesita.
Pablo del Río (Psicólogo): Es la persona con quien más años lleva Cristina trabajando, sin duda su influencia fue clave para que Cristina se proclamara Campeona de Europa en 2010 y desde entonces ha superado muchos obstáculos gracias a su trabajo. Confianza, motivación, tranquilidad, seguridad, determinación, todo esto es lo que nos aporta Pablo.
Aparte del equipo técnico, no podemos olvidarnos de Fernando Seoane-Pampín y el magnífico Club que ha montado, el cual nos da la oportunidad de competir a lo largo de la geografía española y que supone la mayor parte de los ingresos actuales.
Sin embargo, para poder mantener todo lo que Cristina necesita para continuar con su progreso y aspirar a lo más grande en el deporte, hace falta algo más. Y ahí es donde aparece el proyecto Patrocínalos! donde cualquiera puede aportar su granito de arena para el desarrollo de su carrera deportiva. Os animo a visitar su perfil y a colaborar si os resulta interesante, ya que además podéis conseguir recompensas por donaciones desde 1€.
Muchas gracias a todos los que vais a hacer posible nuestro sueño.
Una de las cosas que tenía claras cuando empecé a entrenar a Cristina Jordán es que íbamos a cometer muchos errores. Se lo dije al principio y la realidad nos lo va recordando de vez en cuando.
La forma en la que había entrenado en los últimos años estaba más que demostrado que funcionaba, ahí está su progreso y sus éxitos. De la mano de Antonio Serrano consiguió sus mayores logros, ser campeona de Europa sub23 de Campo a Través, unas marcas respetables y varios títulos nacionales.
Pero a pesar de ser conscientes de que el método era válido y que yo era plenamente conocedor de sus entrenamientos, no puedo resistirme a hacer las cosas a mi manera
No sé si es rebeldía, inquietud, inconformismo, inconsciencia… pero es algo que me sucede en todas las facetas de mi vida. No suelo encajar en sistemas cerrados, me cuestiono todo cuanto viene impuesto y detesto la rutina y la monotonía.
La cuestión es que esta temporada se nos ha planteado un problema (bueno, muchos) a la hora de afrontar el calendario competitivo. Hay una gran densidad de competiciones, muchas de ellas en semanas consecutivas.
Habitualmente siempre hemos organizado la semana de entrenamiento entrenando la fuerza los lunes y realizando las sesiones fuertes de carrera M-J-S. Cuando hay una competición cambiamos la del sábado por el domingo y de esta manera hay dos días de recuperación previos a la carrera.
Sin embargo nos hemos encontrado con un periodo de 5 carreras en 6 semanas, y ahora 8 carreras en 12 semanas.
La primera opción sería descartar algunas de las carreras para liberar un poco el calendario. Sin embargo algunas son ineludibles porque son carreras clasificatorias y campeonatos oficiales, y del resto de carreras depende el poder pagar el alquiler del piso mes a mes.
Actualmente creo que existen pocos atletas en España que se puedan permitir decir no a una carrera y configurarse el calendario al gusto. Conocidas las circunstancias, el planteamiento era el siguiente:
El rendimiento está orientado a unas carreras determinadas (los campeonatos oficiales), el resto son preparatorias por lo que no podemos esperar grandes actuaciones en todas y cada una de las carreras. En ciertos periodos hay que priorizar el entrenamiento sobre el rendimiento en competición.
Competir a medio gas no existe. Un verdadero atleta con una mentalidad competitiva, como es el caso de Cris, se pone un dorsal y no mide, lo deja todo. Podrá salir mejor o peor la carrera, pero en una competición sólo vale dar el máximo. Lo contrario sería una falta de respeto hacia tu condición de atleta, hacia tus rivales, organizadores y el atletismo en general.
La competición es el estímulo más fuerte que puede aplicarse al deportista. Por tanto, y por la experiencia que hemos tenido hasta ahora, hemos preferido descansar dos días tras la competición del domingo garantizando la asimilación de este estímulo y evitando exponernos a lesiones haciendo lunes regenerativo, martes fuerza, miércoles carrera intensa. Por no bajar demasiado la carga de entrenamiento hemos hecho bastantes competiciones con una sesión de carrera intensa el viernes, lo que nos ha deja poca recuperación para la competición y falta de «frescura».
Los resultados han sido que tan sólo ha habido una carrera de las 6 que ha corrido en esta temporada que podamos decir que ha salido bien, acorde a los entrenamientos.
El resto, malas sensaciones, incapaz de aguantar el ritmo impuesto por las rivales, frustación durante la carrera y desmotivación durante la semana posterior. Creo que lo único positivo que podemos sacar es que estamos (de momento) resistiendo a las lesiones ya que sí que es cierto que tras cada competición estamos actuando con mucha prudencia.
Bueno, eso y que lo cierto es que a pesar de lo que dicen las competiciones, Cristina está en forma.
Sin embargo, por el tipo de atleta y de persona que es Cristina no nos merece la pena en absoluto querer entrenar más, ya que su punto más fuerte (y a la vez débil) es su estado de ánimo y su motivación.
La diferencia entre las carreras que realiza con confianza absoluta y las que no es abismal. Cuando cree ciegamente en sí misma, Cristina puede hacer cosas asombrosas.
Por eso, a partir de ahora vamos a entrenar un poco menos y cambiar la estructura de la semana pre y postcompetición. Empezaremos a dejar siempre dos días regenerativos antes de las carreras y dos después.
Creo que no hay nada mejor para el rendimiento que tener un atleta plenamente motivado y eso es imposible cuando sus resultados no están a la altura de sus expectativas.
Merece la pena restar un entrenamiento pero sumar un grado en motivación. Además, creo que una buena competición con un buen descanso vale más que 2 días de series.
Cada vez me parece más absurdo el concepto «acumular» que tanto nos gusta en este país, creo que sólo hay estímulos eficaces y no eficaces, y acumular estímulos ineficaces sólo lleva al sobreentrenamiento, desmotivación y lesiones.
Lo único que queremos acumular es motivación y energía para afrontar cada entrenamiento y competición.
Como he dicho al principio, hemos cometido y vamos a seguir cometiendo muchos errores. Este ha sido uno de ellos, pero que nos ha permitido tocar un límite y saber que ahora hemos de jugar por debajo de él.
Podemos decir que algo hemos aprendido. Quiero resaltar que todo lo expuesto anteriormente es un planteamiento única y exclusivamente para el caso de Cristina, creo que es fundamental la individualización y probablemente a muchos atletas no les resulte eficaz.
Por eso, en el entrenamiento, lo importante no es tener un método, sino descubrir el método para cada atleta.
Aparte de entrenar a un buen puñado de atletas amateurs, tengo la suerte o la desgracia de compartir mi vida con una atleta profesional (a la que también entreno). Puede parecer bonito, incluso romántico, y probablemente existan otras parejas a las que les haya ido muy bien esta situación tanto en el plano personal como deportivo.
En nuestro caso, nada más lejos de la realidad. No llevamos ni dos años entrenando juntos y esto ya da para un libro. Y un libro no sé si lo voy a escribir, pero unas cuantas entradas en el blog podéis dar por hecho que sí. Y no quiero dar a entender que nos está yendo mal, de hecho creemos que vamos por muy bien camino. El problema es que no todo son risas y alegría. Ha habido y habrá momentos duros, desagradables y complicados. Y la línea entre lo profesional y lo no profesional es tan confusa que muchas situaciones acarrean un desgaste en el plano personal que es difícil de llevar. Que tu entrenador o tu atleta sea tu pareja, para algunas cosas es una ventaja, pero para otras un auténtico handicap.
La razón de que nos resulte a veces difícil trabajar con concentración, continuidad, profesionalidad, es que somos dos personas muy diferentes, con ideas, hábitos, gustos y caracteres muy distintos. A veces ambos pecamos de cabezones, de orgullosos y de todos los defectos que podáis imaginar. Y sí, cuando eso pasa también nos ponemos en actitud de «y tú más». Discutir ya forma parte de nuestra rutina diaria. Para que os hagáis una idea, imaginaros que estáis discutiendo por si adoptáis o no un perro, uno quiere y el otro no, e inmediatamente después tenéis que bajar al gimnasio y poneros a las órdenes del otro. O que tras recriminarte la actitud en un entrenamiento, a continuación tenéis que ir a elegir un piso de alquiler para entrar a vivir. A eso lo llamo yo una bomba de relojería.
Aun así, creo que somos el complemento el uno del otro, el ying y el yang tanto en casa como sobre el tartán. A pesar de nuestras contradicciones, existe una magia que nos une, que hace que cada vez que tenemos un problema salgamos más fuertes, con una lección más aprendida. Entrenar en pareja hace que los problemas se magnifiquen, pero también las alegrías se saborean de otra manera. De momento nos nos han acompañado los buenos resultados, los problemas de salud y las lesiones nos han puesto a prueba durante los últimos años. Pero también hemos aprendido que no necesitamos tener resultados para estar orgullosos de nuestro trabajo, para disfrutar cada día haciendo lo que más nos gusta y de la manera que creemos mejor para nosotros. Y eso no tiene precio.
Está siendo una camino difícil, pero si algo podemos decir a día de hoy es que todas estas situaciones nos han hecho crecer personal y profesionalmente. Y sí, a pesar de que a veces es demasiado cabezota, puedo decir que vivir y entrenar con Cristina mola.
Este vídeo es una pequeña muestra de algunos ejercicios que realizamos para el fortalecimiento de la cadera. Este tipo de entrenamiento es fundamental. Sólo con una cadera fuerte, robusta, y resistente podremos mantener una postura y técnica correcta, una buena compactación y evitar lesiones tanto en los miembros inferiores como en la espalda.
Para este tipo de trabajo mi recomendación es realizar una progresión, desde lo más sencillo a lo más complejo. Estos son los niveles que propongo.
1. Ejercicios estáticos con todos los puntos de apoyo. Iniciarse con planchas en decúbito prono, supino y laterales isométricas, prestando mucha atención a la alineación corporal y a la correcta colocación de la cadera en retroversión. Empezar con repeticiones de pocos segundos (10»-20») y progresar a medida que se controle el ejercicio.
2. Reducir puntos de apoyo. El siguiente paso es mantener los ejercicios isométricos pero reduciendo puntos de apoyo: elevar una pierna o un brazo. Seguir la misma progresión con idénticos criterios que el punto anterior.
3. Realizar movimentos con los segmentos corporales. Una vez asimilados técnicamente los ejercicios en isometría, añadir movimiento a alguno de los segmentos que hemos eliminado como punto de apoyo. En el vídeo se muestran algunos ejemplos. Los movimientos deben ser uniformes, controlados y siempre manteniendo la alineación corporal y la colocación de la cadera. Si los movimientos que realizamos se asemejan al gesto de nuestra prueba o deporte, mucho mejor. El arte de este tipo de ejercicios es encontrar la especificidad y transferencia hacia nuestro gesto deportivo.
4. Introducir elementos de inestabilidad. Introducir elementos de inestabilidad requiere una mayor habilidad o equilibrio, de esta forma se estimula en mayor medida la musculatura, implicando más grupos musculares y trabajando de una manera más integral. Algunos elementos que se pueden utilizar son el Fitball, Bosu, TRX, balones medicinales, plataformas, etc. Es recomendable empezar por el paso 1 y seguir la misma progresión que se ha realizado sin los elementos inestables.
En el vídeo se puede observar que todavía no existe un gran control postural y del equilibrio en algunos ejercicios, pero el trabajo continuo con supervisión hará mejorar estos aspectos.
El core es el centro del universo de nuestro cuerpo.
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